A poco menos de un mes para que comience el año 2025, el Ministerio de Seguridad Social, dirigido por Elma Saiz, está ultimando los detalles de la esperada revalorización de las pensiones. Este cambio impactará directamente en más de 12,3 millones de prestaciones, tanto contributivas como no contributivas, siendo estas últimas gestionadas por el Imserso. Las mejoras que se implementarán en enero próximo tienen como objetivo respaldar la suficiencia de más de dos millones de pensiones mínimas, que abarcan jubilación, viudedad, incapacidad permanente, orfandad y pensiones a favor de familiares.
Las pensiones mínimas subirán sí o sí en 2025
Aunque todavía no se ha confirmado cuánto aumentarán las pensiones, este anuncio dependerá de lo que el Gobierno anuncie en el Consejo de Ministros y su posterior publicación en el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, ya existe una propuesta sobre la mesa, visible en el proyecto de Real Decreto sobre la limitación de la cuantía inicial de las pensiones públicas y la revalorización de las pensiones del sistema de Seguridad Social, planificada para el ejercicio 2025. Este es un paso previo a la actualización anual de las pensiones.
La norma establece que «de esta forma se consigue el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas y un nivel de ingresos que cubra las necesidades básicas de aquellos en situación de vulnerabilidad.» Este enfoque es esencial para garantizar que las personas mayores puedan llevar una vida digna e independiente y participar activamente en la vida social y cultural.
Además, se establece que el objetivo principal es regular la limitación de la cuantía inicial de las pensiones públicas y asegurar el mantenimiento del poder adquisitivo, especialmente de aquellos pensionistas más vulnerables, evitando su degradación dada la creciente inflación.
Aumenta el complemento para la reducción de la brecha de género
En cuanto a los complementos de pensiones, es importante destacar que el complemento para la reducción de la brecha de género se revaloriza un 5% en 2025, conforme a la Disposición transitoria primera del Real Decreto-Ley 2/2023. Este incremento beneficiará principalmente a mujeres, que son las principales perceptores de este complemento, mejorando así la igualdad en el ámbito de las pensiones.
¿Cuál es la pensión mínima de jubilación en 2024?
Antes de abordar los cambios futuros, vale la pena revisar las cifras actuales. En 2024, la pensión mínima contributiva asciende a 11.552,80 euros al año para aquellos que han alcanzado los 65 años y no tienen cónyuge a su cargo, lo cual equivale a 825,20 euros mensuales repartidos en 14 pagas.
Para quienes se jubilan antes de los 65 años y no tienen cónyuge, la pensión mínima se sitúa en 10.808 euros al año, es decir, 772 euros mensuales. Si el pensionista tiene un cónyuge a su cargo, la pensión mínima sube a 14.466,20 euros anuales (que se traduce en 1.033,30 euros mensuales). En contraste, si el cónyuge no está a cargo, la pensión mínima se reducirá a 10.966,20 euros al año (783,30 euros mensuales).
Revalorización y proyección futura
Uno de los aspectos más destacados de esta revalorización es el enfoque en las pensiones mínimas, que se espera que aumenten más que la tasa de inflación. Esto se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por parte del Gobierno para garantizar que las pensiones no solo mantengan su valor adquisitivo, sino que también mejoren para alcanzar el umbral mínimo de pobreza.
En este sentido, el Ejecutivo español ha establecido que para 2027 la cuantía mínima de la pensión de jubilación contributiva para un titular mayor de 65 años con cónyuge a cargo no podrá ser inferior al umbral de pobreza calculado para un hogar de dos adultos. Para el año 2025, se estima que este umbral será de 11.944,88 euros al año.
Con el plan de revalorización en marcha, el Gobierno busca asegurar que los pensionistas no solo puedan afrontar sus gastos básicos, sino que también disfruten de una calidad de vida digna. Este compromiso refleja la importancia del sistema de pensiones en la estructura de bienestar social y la atención a las necesidades de los más vulnerables. La claridad en estas políticas no solo es necesaria para los pensionistas actuales, sino también para ofrecer confianza a las futuras generaciones que dependerán de este sistema.