Parte de la población tiene la percepción errónea de que las personas con discapacidad pueden acceder a una pensión únicamente por el hecho de tener un reconocimiento de discapacidad. Esta idea es confusa, ya que para poder acceder a estas prestaciones económicas, las personas deben cumplir con una serie de requisitos establecidos. A continuación, explicamos detalladamente qué grado de discapacidad es necesario para acceder a una pensión y cuáles son los requisitos específicos.
Pensión no contributiva por discapacidad
Una de las prestaciones más importantes disponibles para las personas con discapacidad es la pensión no contributiva de invalidez. Esta pensión es gestionada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). El propósito de la pensión no contributiva de invalidez es garantizar a todos los ciudadanos que se encuentran en situación de invalidez y necesidad una prestación económica, acceso a asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, sin necesidad de haber cotizado o haberlo hecho de forma insuficiente para obtener una pensión contributiva.
Para acceder a esta prestación se deben cumplir ciertos requisitos. El más relevante es que la persona debe tener un grado de discapacidad igual o superior al 65%. A este requisito se le suman otros que son igualmente importantes:
- Edad: El solicitante debe tener al menos dieciocho años y menos de sesenta y cinco en el momento de la solicitud.
- Residencia: Se debe residir en territorio español y haberlo hecho durante un período de cinco años, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud.
- Carecer de ingresos suficientes: La carencia se define cuando los ingresos anuales son inferiores a 7.250,60 € (para 2024).
¿Con qué grado de discapacidad puedo cobrar una pensión?
El grado de discapacidad necesario para acceder a una pensión es del 65%. Sin embargo, es necesario clasificar los diferentes grados de discapacidad que existen, que se dividen de la siguiente manera:
- Clase I (0% de discapacidad): incapacidad.
- Clase II (1% al 24% de discapacidad): discapacidad leve.
- Clase III (25% al 49% de discapacidad): discapacidad moderada.
- Clase IV (50% al 70% de discapacidad): discapacidad grave.
- Clase V (más del 70% de discapacidad): discapacidad muy grave.
Es crucial destacar que para poder acceder a una pensión por discapacidad, se debe llegar al menos a la Clase IV. Las personas en la Clase I, que se consideran incapaces pero no discapacitadas, no podrán optar a ninguna pensión. Lo mismo ocurre con la Clase II, donde las personas con discapacidad leve (1% al 24%) quedan excluidas de estas prestaciones. De igual manera, los que pertenecen a la Clase III, que tienen una discapacidad moderada, tampoco tienen derecho a recibir prestaciones económicas.
Sin embargo, vale la pena mencionar que estas personas de la Clase III cuentan con mayores beneficios y descuentos fiscales en comparación con quienes tienen menos del 33% de discapacidad. Por ejemplo, gozan de tarjetas de aparcamiento para personas con movilidad reducida, deducciones fiscales y ayudas que facilitan el turismo y el transporte público.
Cuantía de la pensión no contributiva
Para 2024, la cuantía de la pensión no contributiva de invalidez está establecida en 7.250,60 euros, que se distribuyen en 14 pagas: 12 mensuales y dos extraordinarias de 517,90 euros cada una. Por otro lado, para aquellos con un grado de discapacidad igual o superior al 75%, la cuantía mensual se eleva a 10.875,90 euros, que se dividen en 14 pagas de 776,85 euros.
Conclusiones
En resumen, aunque las personas con discapacidad tienen derecho a recibir prestaciones económicas, es un proceso que requiere el cumplimiento de ciertos criterios. Es fundamental conocer los distintos grados de discapacidad y los requisitos necesarios para acceder a pensiones como la no contributiva de invalidez del IMSERSO.
La información detallada y clara sobre estas prestaciones no solo ayuda a las personas afectadas a entender sus derechos, sino que también contribuye a que esta población reciba el apoyo que necesita para afrontar las dificultades derivadas de su condición. Por tanto, es esencial que quienes se encuentren en esta situación se informen bien y accedan a los recursos disponibles para mejorar su bienestar.