La serie Celeste ha generado bastante polémica por su representación de la fiscalidad en España, centrándose en la figura de Shakira, una cantante mexicana que se encuentra bajo la lupa de la inspección de Hacienda. A través de la mirada de la inspectora de Hacienda, interpretada por Carmen Machi, la trama se desarrolla en un contexto real en el que se cuestiona la ética y la legalidad de los actos de los contribuyentes.
Impuestos y percepción social
Un aspecto crucial que la serie aborda es la percepción que tiene la sociedad sobre los impuestos. Como recordó Emilia Landaluce en El Mundo, «Hacienda da más miedo que la Policía». Este miedo puede estar relacionado con la sensación de que los ciudadanos no tienen control sobre sus contribuciones fiscales, lo cual alimenta la desconfianza hacia las instituciones. A través de una narrativa que parece reforzar esta idea, Celeste enfatiza que la población tiende a rechazar la carga tributaria, no solo por su cantidad, sino por la conexión que se establece entre los impuestos y la noción de justicia social.
La crítica a la narrativa fiscal
De manera interesante, los creadores de Celeste han incorporado una serie de ficciones que desafían la propaganda fiscal, la cual rara vez se analiza en profundidad. Aunque la trama toca aspectos reales sobre la obligación tributaria, también suscita preguntas sobre la presión fiscal. En este contexto, se hace evidente que la narrativa simplificadora que aborda temas de evasión y contribución crea una visión polarizada: los ricos son retratados como los villanos que no cumplen con sus deberes fiscales.
El mensaje central de la serie sostiene que los ricos no solo evaden, sino que lo hacen de manera intencionada para mantener su poder y privilegio en la sociedad. A través de la historia, se dan ejemplos que indican que las donaciones de personas adineradas están motivadas por la búsqueda de beneficios fiscales, sugiriendo que, si pagaran lo que les corresponde, no tendrían que realizar tales gestos.
Realidades de los contribuyentes
En un relato que se siente cercano a la realidad, Shakira misma ha discutido las dificultades que ha encontrado con el fisco español. Según sus propias palabras, ha declarado que «hoy mi patrimonio consiste en lo que gané antes de llegar a España y lo que gané después de salir de ella. Todo lo que gané en esos años se lo quedó el Estado español». Esto resalta la fricción que muchos enfrentan cuando se sienten atrapados por un sistema fiscal que parece no reconocer sus aportaciones pasadas.
La representación de la figura del contribuyente
Dentro de este entramado, las figuras de los contribuyentes son representadas de manera casi criminal. Por ejemplo, un funcionario que se convierte en asesor de contribuyentes es retratado como alguien en el lado oscuro, enfatizando que los que buscan aliviar su carga tributaria están perjudicando a los demás. Aquí, el discurso sugiere que cualquier intento de optimizar la carga fiscal es, de hecho, un ataque a la justicia y a la igualdad en el sistema.
Además, el relato implica que la defensa de los contribuyentes y la búsqueda de estructuras fiscales más justas son vistas como acciones reprobables. Esta interpretación distorsionada alimenta una narrativa que pasa por alto los problemas estructurales del sistema y cómo afectan a los contribuyentes de diferentes escalas.
Desigualdad y presión fiscal
Un tema subyacente clave que Celeste toca es la desigualdad fiscal y la presión desmedida que se ejerce sobre ciertos grupos. El relato da a entender que aquellos que ganan mucho deben aportar mucho más, lo que es un punto discutible. Sin embargo, es fundamental entender que la carga tributaria no solo impacta a los ricos, sino a todos; por lo tanto, la narrativa de que su contribución podría eliminar los problemas en la sanidad pública se presenta como un argumento simplista que no considera la complejidad del gasto público y la gestión de recursos.
No se cuestiona en ningún momento la validez de la presión fiscal, favoreciendo una línea de argumentos que parecen deslegitimar a quienes abogan por una revisión de los impuestos. Por el contrario, se insinúa que los que critican el sistema son aquellos que buscan favorecer a los poderosos, en lugar de luchar por una mayor equidad.
Conclusiones sobre la educación fiscal
La importancia de construir una narrativa informada y educada sobre temas de fiscalidad es esencial para generar un debate más constructivo. La serie, aunque basada en un caso real, no deja de ser una ficción que, a pesar de su entretenimiento, puede distorsionar la percepción pública. Entender la fiscalidad como un elemento fundamental para el bienestar social requiere una aproximación más crítica y matizada.
Al final, en un contexto donde los impuestos son vituperados, el reto radica en promover una cultura de educación fiscal que permita a los ciudadanos entender que sus aportaciones son fundamentales para el funcionamiento del Estado y los servicios públicos. Solo así se puede avanzar hacia una sociedad más equitativa y justa, donde la carga tributaria sea vista como una responsabilidad compartida y no como una condena personal.