DeepSeek, una empresa china que se ha convertido en el centro de atención por su inteligencia artificial de código abierto, ha desatado preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos. Esta tecnología, capaz de interactuar en un formato conversacional y resolver problemas complejos, ha llevado a varios países a tomar medidas drásticas para proteger a sus ciudadanos.
Preocupaciones en la Unión Europea
Italia ha sido uno de los primeros países en actuar, ordenando el bloqueo de DeepSeek debido a la falta de información sobre qué datos recopila de los usuarios italianos. De manera similar, la Comisión de Protección de Datos de Irlanda ha solicitado aclaraciones sobre el tratamiento de los datos personales por parte de la empresa. Pero no son los únicos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España también ha elevado su voz al presentar una queja formal ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), aludiendo a los posibles riesgos que representa DeepSeek para la privacidad de los ciudadanos españoles.
Investigación por parte de la OCU
La OCU ha instado a la AEPD a investigar las actividades de Hangzhou DeepSeek Artificial Intelligence y Beijing DeepSeek Artificial Intelligence, alegando que estas empresas, responsables del servicio de DeepSeek, no están cumpliendo con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Según su comunicado, la OCU ha encontrado varias irregularidades, como el tratamiento internacional de datos personales sin las salvaguardas necesarias, la ausencia de un consentimiento adecuado y serias dudas sobre cómo se verifica la edad de los menores, así como el procesamiento de sus datos sin el consentimiento parental.
“Además, la política de privacidad de DeepSeek no aclara si los datos de los usuarios se utilizan para la elaboración de perfiles o la toma de decisiones automatizadas”, ha añadido la OCU en su comunicado.
Reacción del Gobierno Español
La situación ha llevado a Tesh Sidi, portavoz de Transformación Digital de Sumar, a exigir al Gobierno que supervise la actividad de DeepSeek. Sidi ha manifestado su preocupación por la falta de transparencia en el tratamiento de datos personales y ha solicitado información sobre cómo valora el Ejecutivo la llegada de esta tecnología al mercado. Además, ha preguntado si el Gobierno ha exigido a DeepSeek detalles sobre los procedimientos de custodia y uso de datos, al igual que lo ha hecho Italia.
Estafas y suplantaciones en línea
La popularidad de DeepSeek ha atraído no solo la atención de reguladores, sino también de ciberdelincuentes. Investigadores de ESET, una compañía de ciberseguridad, han detectado sitios web falsos que imitan la página oficial de DeepSeek. Estos sitios buscan engañar a los usuarios para que descarguen un software que, en realidad, es un ejecutable malicioso conocido como ‘Win32/Packed.NSIS.A’.
Además de ataques informáticos, se ha observado la proliferación de dominios que intentan suplantar la identidad de DeepSeek con el objetivo de robar datos personales o dinero. Como si esto fuera poco, también han emergido criptomonedas fraudulentas vinculadas a DeepSeek en diversas redes blockchain. A pesar de que la propia empresa ha aclarado que no ha emitido ninguna criptomoneda oficial, algunos de estos activos han logrado alcanzar valores de mercado multimillonarios en cuestión de días.
Riesgos asociados y el futuro de la IA
Todo este panorama resalta la importancia de la regulación en el ámbito de la inteligencia artificial y la protección de datos. Los gobiernos se enfrentan al desafío de supervisar tecnologías avanzadas que, a pesar de sus beneficios potenciales, pueden presentar riesgos significativos para la privacidad. La aparición de estas inquietudes en la esfera pública abre un debate sobre cómo equilibrar la innovación y la protección de los derechos individuales.
En conclusión, con el crecimiento de tecnologías como DeepSeek, es crucial que tanto los consumidores como los gobiernos permanezcan alerta. La vigilancia sobre el uso responsable y transparente de los datos es esencial para prevenir situaciones de riesgo que puedan afectar a la seguridad y la privacidad de los ciudadanos. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo se asegurarán las instituciones de que la tecnología beneficie a la sociedad sin comprometer la privacidad y la seguridad de sus habitantes?