La situación de los planes de pensiones en España ha experimentado un cambio significativo en el último año. Los planes de pensiones de empleo comienzan a mostrar signos de recuperación, captando dinero nuevo por primera vez en más de una década, gracias a mejoras en su fiscalidad que han favorecido a estos productos frente a los planes privados.
Recuperación de los planes de pensiones de empleo
Los planes de pensiones empresariales o colectivos han cerrado el ejercicio 2024 con aportaciones netas positivas de 167 millones de euros, algo que no se había visto desde hace 13 años. Esta tendencia positiva sugiere que los trabajadores comienzan a valorar más este tipo de planes, especialmente en un contexto económico que pide mayor seguridad financiera para el futuro.
Impacto negativo en los planes de pensiones individuales
En contraposición, los planes de pensiones individuales han padecido un año más pérdidas, sumando prestaciones netas de 764 millones. Este cuarto año consecutivo de retiros netos destaca la creciente desconfianza de los inversores hacia los planes privados, que no logran captar la atención necesaria.
Decreción en la fiscalidad de los planes privados
La causa fundamental de esta tendencia se encuentra en el reciente recorte fiscal que han sufrido los planes privados. En 2021, se redujo el límite máximo de aportación deducible anualmente en el IRPF de 8.000 a 2.000 euros, y en 2022 se volvió a decrecer hasta los 1.500 euros anuales. Este cambio ha provocado que los planes privados sufran salidas netas que han ascendido a 92 millones de euros en 2021, 667 millones en 2022 y 812 millones en 2023.
Pronósticos preocupantes para el sistema de pensiones privados
La situación es alarmante para los planes de pensiones individuales. La patronal de las gestoras vaticinó a comienzos de 2024 que, si el Gobierno no actúa para incentivar estos planes, podrían perder anualmente 2.700 millones de euros. Según estas proyecciones, el patrimonio acumulado por el sistema de pensiones privados, que actualmente se sitúa en 92.242 millones, podría verse reducido drásticamente en tres décadas. Ante esta realidad, se insta al Ejecutivo de PSOE y Sumar a ampliar el límite desgravable a 5.000 euros.
Perspectivas hacia el rescate de fondos
Además, existen otros factores que complican la situación de los planes privados. A partir de 2025, aquellos que tengan participaciones en planes de pensiones con una antigüedad de diez años podrán rescatarlas. Esta posibilidad de liquidez extraordinaria preocupa a las entidades, quienes temen que pueda desestabilizar aún más un producto financiero que ya enfrenta problemas de atractivo para los ciudadanos.
Las ventajas fiscales de los planes de pensiones de empleo
El contexto de mejora para los planes de pensiones de empleo se ha conseguido, en gran parte, gracias a incentivos fiscales impulsados por el Gobierno en su anterior legislatura. En particular, estos avances han beneficiado a pymes y autónomos, que son el motor de la economía en España. Por ejemplo, los inversores que cuentan con un plan de pensiones individual pueden desgravarse hasta 1.500 euros anuales, mientras que los autónomos pueden hacerlo hasta 4.250 euros. Además, si no tienen un plan individual, los autónomos pueden llegar a desgravarse hasta 5.750 euros.
Datos concretos sobre los planes de pensiones de empleo
Las cifras recientes indican que las aportaciones a los planes de pensiones de empleo simplificados alcanzaron en 2024 un total de 271 millones de euros. En cuanto al patrimonio de estos planes, este se ha elevado a 382 millones de euros, con 42 planes registrados y la participación de 672.183 personas. Como se puede observar, la tendencia es positiva y sugiere que los planes de pensiones de empleo están recuperando la confianza del público.
Conclusiones
En resumen, mientras que los planes de pensiones de empleo empiezan a mostrar signos de esperanza, los planes privados están en una situación preocupante. La reducción de la fiscalidad ha llevado a importantes salidas de capital en este tipo de productos, lo que ha afectado la percepción de los inversores. Por ello, el futuro del sistema de pensiones en España dependerá de cómo el Gobierno decida abordar este desajuste y si será capaz de ofrecer incentivos adecuados para restaurar la confianza en los planes privados.