En el entorno laboral actual, el desarrollo continuo de habilidades y conocimientos es fundamental para mantenerse competitivo. Por ello, se reconoce el derecho de los trabajadores a solicitar permisos retribuidos para su formación profesional. Uno de estos derechos, estipulado en el Estatuto de los Trabajadores, es el permiso de formación, que permite a los empleados ausentarse de su puesto de trabajo para seguir perfeccionándose en su profesión.
¿Qué es el permiso de formación?
El permiso de formación está contemplado en el artículo 23 del Estatuto de los Trabajadores bajo la sección de ‘promoción y formación profesional en el trabajo’. Según este artículo, los trabajadores que tengan al menos un año de antigüedad en su empresa tienen derecho a un permiso retribuido de veinte horas anuales de formación profesional. Estas horas están vinculadas a la actividad de la empresa y pueden acumularse hasta un periodo de cinco años.
Esto implica que siempre que se tenga al menos un año de antigüedad en la empresa, se puede solicitar este permiso de formación de 20 horas anuales. Además, los trabajadores con más de cinco años en la misma empresa pueden acumular un máximo de hasta 100 horas anuales. Un recurso importante para fomentar el crecimiento profesional dentro de las organizaciones.
La letra pequeña del permiso de formación
Es importante tener en cuenta ciertos detalles que pueden influir en el uso de este derecho. El mismo artículo 23 menciona que el derecho se considera cumplido “cuando el trabajador pueda realizar las acciones formativas dirigidas a la obtención de la formación profesional para el empleo en el marco de un plan de formación desarrollado por iniciativa empresarial o comprometido por la negociación colectiva”.
Esto significa que si existe un plan de formación promovido por la empresa para adquirir conocimientos o habilidades específicas en el trabajo, se puede dar por satisfecho el disfrute del permiso de formación. Sin embargo, la normativa también aclara que “sin perjuicio de lo anterior, no podrá comprenderse en el derecho a que se refiere este apartado la formación que deba obligatoriamente impartir la empresa a su cargo conforme a lo previsto en otras leyes”.
En otras palabras, esto implica que el permiso de formación no se aplica a la formación obligatoria que la empresa debe proporcionar, como es el caso de la prevención de riesgos laborales. Sin embargo, es posible solicitar y disfrutar del permiso para cursos obligatorios siempre que se cumplan los requisitos establecidos.
Otros permisos relacionados con los estudios
Además del permiso de formación, el artículo 23 del Estatuto de los Trabajadores establece otros permisos que los empleados pueden solicitar para poder realizar estudios. Entre estos se incluye “el permiso necesario para concurrir a exámenes” y establece una preferencia para elegir turnos de trabajo o acceder al teletrabajo, siempre que esto sea compatible con la actividad laboral y la empresa lo ofrezca.
Esto significa que los trabajadores tienen derecho a ausentarse de sus tareas para acudir a exámenes relacionados con la obtención de un título académico o profesional. Además, podrán preferir un turno de trabajo determinado que les permita asistir a sus estudios, incluyendo la posibilidad de trabajar en modalidad de teletrabajo si así lo permite su puesto y la organización.
Cómo se puede disfrutar del permiso de formación
Para disfrutar del permiso de formación de 20 horas anuales acumulables por hasta 5 años, es fundamental que los trabajadores sigan lo estipulado en el convenio colectivo de su sector. Si el convenio no especifica cómo se deben gestionar estos permisos, el Estatuto de los Trabajadores establece que “la concreción del modo de disfrute del permiso se fijará de mutuo acuerdo entre trabajador y empresario”.
Por ello, es crucial que tanto trabajadores como empleadores mantengan un diálogo abierto y claro para asegurar el correcto uso de este beneficio. Los trabajadores deben estar informados sobre sus derechos y cómo pueden ejercerlos para beneficiarse de la formación que contribuye a su desarrollo profesional y al crecimiento de la empresa.
Conclusión
En resumen, el permiso de formación estipulado en el Estatuto de los Trabajadores es un recurso valioso para aquellas personas que desean continuar su desarrollo profesional sin comprometer su situación laboral. Con derechos claros y regulaciones específicas, los empleados tienen la oportunidad de invertir en su futuro profesional, mientras que las empresas pueden cultivar un entorno de aprendizaje y crecimiento continuo que beneficie a todos.
Es fundamental que los trabajadores conozcan y ejerzan sus derechos a la formación, para fortalecer tanto su carrera profesional como el desarrollo competitivo de las empresas. La formación no solo contribuye al crecimiento individual, sino que también permite a las organizaciones adaptarse a un entorno laboral en constante cambio.