La reducción de la jornada laboral fue aprobada este martes en el Consejo de Ministros, marcando el inicio de un cambio significativo en el mercado laboral español. La jornada máxima actual de 40 horas semanales (en cómputo anual) pasará a ser de 37,5 horas. Esta medida tiene el potencial de beneficiar a cerca de 12 millones de trabajadores. Sin embargo, muchos se preguntan: ¿cuándo trabajarán 2,5 horas menos a la semana?
El proceso legislativo por delante
Es importante señalar que esta norma recién aprobada no se implementará de inmediato. Debe pasar por dos instancias clave: el Consejo de Estado y el Consejo Económico y Social, que emitirán informes sobre su viabilidad. Una vez que se obtengan estos informes, el tema será revisado nuevamente en el Consejo de Ministros, donde se convertirá en un proyecto de ley, un proceso que, según las previsiones del Ministerio de Trabajo, debería concluir a finales de febrero.
Tras su aprobación como proyecto de ley, el siguiente paso será su envío al Congreso de los Diputados. Este trámite se llevará a cabo, presumiblemente, por la vía de urgencia. Sin embargo, la falta de una mayoría parlamentaria sólida pone en duda la rapidez de este proceso, ya que se anticipan dificultades para obtener el apoyo necesario. Los grupos parlamentarios también tendrán la opción de presentar enmiendas al texto, lo que podría alargar aún más la tramitación, posiblemente durante varios meses.
Adaptación de la nueva jornada
Teniendo en cuenta el complejo proceso legislativo, el objetivo marcado por la cartera de Yolanda Díaz es que la jornada de 37,5 horas semanales esté plenamente adaptada en todos los convenios y empresas para el 31 de diciembre de 2025. Ahora bien, dado este calendario, la realidad es que los trabajadores no disfrutarán de esta rebaja hasta 2026. Esto lleva a una gran pregunta: ¿se reducirán realmente las horas de trabajo cada semana?
El texto oficial, que ha sido firmado por el Ministerio de Trabajo y los sindicatos y aprobado sin modificaciones, establece que “la duración de la jornada de trabajo será la pactada en los convenios colectivos o contratos de trabajo. La duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo será de treinta y siete horas y media semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual” (modificación del artículo 34.1 del Estatuto de los Trabajadores).
Flexibilidad para las empresas
Con la nueva normativa, aunque se establece un máximo de 37,5 horas semanales, no se garantiza que los trabajadores salgan media hora antes cada día. Este cambio se diseñó en base a un promedio anual, lo que significa que las horas de trabajo pueden distribuirse de diferentes maneras a lo largo del año. Por tanto, no es obligatorio que cada empleado reduzca su jornada semanal de forma uniforme.
Las empresas tendrán la flexibilidad de organizar sus turnos de trabajo conforme a sus necesidades específicas. Esto implica que, si lo desean, pueden optar por reducir efectivamente la jornada semanal, permitiendo así que los trabajadores salgan media hora antes todos los días. Alternativamente, también pueden incrementar los días de vacaciones o libres como una forma de cumplir con la nueva jornada máxima anual, sin afectar necesariamente la cantidad de horas trabajadas semanalmente.
Posibilidad de distribución irregular de horas
Un aspecto a considerar es que, al igual que sucede actualmente, las empresas podrán aplicar una distribución irregular de la jornada anual, permitiendo que los trabajadores realicen hasta un 10% más de horas en períodos de alta actividad. Esto significa que en ciertos momentos del año, los empleados pueden trabajar más horas, siempre que reciban la compensación correspondiente más adelante y se respeten los períodos mínimos de descanso.
Por lo tanto, aunque la reducción de la jornada laboral ya está en marcha, la implementación de esta medida será gradual y variará según el acuerdo específico alcanzado en cada empresa y convenio colectivo. En consecuencia, la aplicación práctica de trabajar 2,5 horas menos a la semana no será una realidad inmediata ni uniforme para todos los trabajadores.
Reflexiones finales sobre la reducción de la jornada
La conversación en torno a la reducción de la jornada laboral es relevante y necesaria en un mundo laboral en constante cambio. La medida tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de millones de trabajadores, estimulando un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, el éxito de esta propuesta dependerá de la colaboración entre trabajadores, empresas y el Gobierno, para asegurar que se implemente de manera justa y eficaz.